Hoy en dĂa es tan difĂcil poder hablar bien de algo o de alguien, nos tienen embarrados con el COVID, sus consecuencias, el no puedo hacer esto, el no puedo hacer lo otro; en que esto es nuevo, esto no lo conozco; no se coge el telĂ©fono, en muchos sitios se sigue sin atender al pĂșblico en persona, pero sin embargo, por ejemplo, vamos montados en los autobuses a menos de una cuarta de otra persona.
En fin...
Pero hoy quiero hablar bien de alguien; una persona que ha hecho suyo el problema de otro, (cosa extremadamente rara en estos tiempos); ha sentido empatĂa (cosa extremadamente rara en estos tiempos); te ha atendido en persona, sin tiempo ni trabas (cosa extremadamente rara en estos tiempos); y ha sido tremendamente eficiente arreglando un problema (cosa extremadamente rara en estos tiempos) que ahora les explico:
Una mujer que por circunstancias de la vida se hace una prueba privada de anticuerpos del COVID porque tenĂa un evento al que ir y no querĂa contagiar a nadie; la llamada al dĂa siguiente es clarificadora:
-Tienes anticuerpos del COVID.
No habĂa notado nada, ni se habĂa dado cuenta que lo habĂa pasado.
Cuando esta mujer se va a poner la primera vacuna explica lo de los anticuerpos y le dicen que no se debe vacunar de la segunda dosis, cosa que asĂ hace.
Pero cuando va a imprimir el certificado COVID para poder viajar, cual es su sorpresa que sĂłlo aparece 1/2 vacunas puestas, por lo que en teorĂa le falta una.
Empieza a hacer las gestiones para que le incluyan el test de anticuerpos en el certificado pero resulta imposible, es un caso desconocido, o quizĂĄ lo arreglen mĂĄs tarde.
DespuĂ©s de un mes o asĂ, se acercan las vacaciones y esta mujer no tiene el certificado; y su marido se acerca al centro de salud, el de El Juncal en Sevilla, para que intenten arreglarle la situaciĂłn.
Hasta que apareciĂł Concha; eficiente, preocupada, dedicada, e inteligente; en dos dĂas, ya aparece en el certificado de vacunaciĂłn 1/1, que quiere decir que tiene la pauta completada.
Muchas veces criticamos, abominamos, mal hablamos pero hoy toca aplaudir y mi aplauso va para Concha Ă., del centro de salud El Juncal; no se si es doctora, enfermera, auxiliar, o administrativa, pero lo que sĂ se es que es una buena persona (se preocupa por los demĂĄs), y una buena profesional (le soluciona sus problemas).
La administrativa de la ventanilla fue la que tuvo la feliz idea de pasar a su marido con ella.
Ah, y por cierto, se ha interesado en llamar al paciente, a través de una compañera, para confirmarle que estaba todo arreglado.
¡Chapeau!
Foto extraĂda de la pĂĄgina: redaccionmedica.com |
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