Me acuerdo cuando los niños eran pequeños...
Cuando dejaban algo de comer en el plato, me negaba a tirarlo, y lo aprovechaba yo antes de tener que hacerlo.
Recuerdo que a eso se le decĂa que eras el cubo de la basura, porque recogĂas todos los restos de los demĂĄs.
Pues sĂ, ya me podrĂan llamar como quisieran pero para mĂ era imperdonable tirar la comida a la basura.
De esos barros ahora vienen estos lodos, que no se cĂłmo titar a la basura tantos kilos que me sobran.
Pero bueno, eso no era ser un hombre basura, eso era, ser, o parecer, el cubo de basura.
Un hombre basura no hace falta determinar que es lo que es, un hombre o una mujer basura, que para el caso es lo mismo, son eso, una basura.
Y lo malo es que los encontramos dĂa a dĂa entre nosotros dejando su estela de podredumbre y mal olor.
Esos, o esas, sĂ que pueden ser motivo de crĂtica y de rechazo.
Tan de rechazo que dan hasta nĂĄuseas.
Fotaza de mi amiga Juani Mora. |
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