A veces, muchas veces, mĂĄs de cuatro veces serĂa necesario utilizar un velo.
Un velo para cubrir nuestras miserias, un velo para velar nuestra cara de vergĂŒenza ante las injusticias, un velo que oculte nuestros enfados o nuestros genios.
Un velo que solape las marcas del tiempo, las heridas sufridas, los sinsabores recibidos, y la cara de algunos o algunas que merecen estar ocultas, y no por feas por supuesto.
Un velo que mitigue la sed de venganza, que esconda nuestras envidias, que tape nuestro dolor, que nos arrope de la frialdad de la gente, que camufle nuestros deseos, y por supuesto, que guarde nuestros triunfos, por que al final, esos lo que producen son envidias.
Un velo que borre nuestros celos, que sirva de paño de lågrimas, que valga para paliar nuestras penas, que disfrace nuestras malas caras.
Para todo ello necesitamos que un velo cubra nuestra alma.
Un buen velo podrĂa ser el amor, pero eso es tan difĂcil...
Foto de mi amiga Juani Mora. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario