Los callos son amasijos de células muertas que se forman en lugares donde la piel está sometida a rozamientos, desgastes y presiones continuas.
Esas formaciones cónicas de consistencia más dura y áspera que la piel que la rodea, con aspecto amarillento y en ocasiones translúcidas, penetran y profundizan en forma de cuña hacia las zonas más profundas de la epidermis, irritándola.
Así, no son realmente los callos lo que duelen, sino el área inflamada que hay debajo de la piel que se ha hipertrofiado.
Y lo mejor para librarse de ellos es extirparlos, aunque luego vuelvan a salir. Los parches no son solución.
En política pasa tres cuartos de lo mismo.
Con algunos políticos duelen sus decisiones o sus actos; en la vida política son muy adeptos a integrar parches sobre parches para intentar tapar verdaderas barbaridades.
Pero lo mejor, sea dicho, es extirpar los callos, callos que de por sí duelen bastante, sobre todo cuando se ven las noticias en TV.
Los únicos aceptables son los callos a la madrileña con garbanzos.
¡Anda que no!
![]() |
Foto de mi amiga Juani Mora. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario