Los botijos, también llamados búcaros por estos barrios, están hechos de barros arcillosos que proporcionan a sus paredes una cierta porosidad.
A través de esos poros se filtra el agua de su interior y, una vez en contacto con el medio ambiente, se evapora.
Para ello necesita un aporte de calor, que se denomina calor latente de vaporización.
Una parte del calor la suministra el entorno, pero al no ser suficiente, el agua del botijo, por decirlo de alguna forma, se ve obligada a ceder parte de sus calorías, por ello se enfría.
El grado de enfriamiento dependerá de varios factores, fundamentalmente del volumen de agua que contenga el botijo y de las condiciones ambientales; sobre todo, de la temperatura exterior. Si la temperatura exterior es elevada, el proceso de evaporización será más rápido; no así el proceso de enfriamiento.
Como tantas y tantas cosas, los búcaros, o botijos, se están perdiendo.
Recuerdo que al principio de comprar un botijo, al llenarlo la primera vez, se le echaba una copita de aguardiente, para que perdiera el gusto a barro.
Después se tiraba ese agua, y se llenada de nuevo ya para beber.
A algunos les hubiera gustado que no se tirara. Je je je je.
A través de esos poros se filtra el agua de su interior y, una vez en contacto con el medio ambiente, se evapora.
Para ello necesita un aporte de calor, que se denomina calor latente de vaporización.
Una parte del calor la suministra el entorno, pero al no ser suficiente, el agua del botijo, por decirlo de alguna forma, se ve obligada a ceder parte de sus calorías, por ello se enfría.
El grado de enfriamiento dependerá de varios factores, fundamentalmente del volumen de agua que contenga el botijo y de las condiciones ambientales; sobre todo, de la temperatura exterior. Si la temperatura exterior es elevada, el proceso de evaporización será más rápido; no así el proceso de enfriamiento.
Como tantas y tantas cosas, los búcaros, o botijos, se están perdiendo.
Recuerdo que al principio de comprar un botijo, al llenarlo la primera vez, se le echaba una copita de aguardiente, para que perdiera el gusto a barro.
Después se tiraba ese agua, y se llenada de nuevo ya para beber.
A algunos les hubiera gustado que no se tirara. Je je je je.
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