Voy repasando hojas y hojas de los libros de texto o de la enciclopedia; los profesores me van explicando detalladamente las lecciones para aprender a defenderme en este mundo-inmundo repleto de sandeces.
Las matemáticas y la física más o menos se me dan bien con la ayuda de las clases particulares que recibo semanalmente; la biología la voy dominando, me encanta; lo mismo que me gustan las ciencias naturales y el conocimiento del medio.
Pero amigo, llegamos a las asignaturas de geografía e historia, y la jodemos. (Dios, cómo se aprovecha el poder de la ignorancia.)
En la anterior dictadura, se nos aleccionó a odiar y a temer a las izquierdas "los rojos" y a amar a la derecha; era en aquellos libros de política (como así se llamaba la asignatura); anteriormente se inculcó el desprecio a la monarquía y a la derecha en los libros de texto de la republica; y después, coincidiendo con la democracia...
¡Llegaron las autonomías (perdón, las autonosuyas) y se lió gorda.!
Desde entonces, hay 17 autonómicos libros de historia de una región, más dos historias de ciudades autónomas; cada una diferente. Lo que, en un libro es excelso, en otro es indiferente o enemigo; me fabrico un reino si me apetece, o digo que donde vivo, pertenece a un grupo de provincias (incluidas algunas de otra nación) que forman un país inmemorial.
En esas historias partidistas, lo que está pasando ahora se podría catalogar en un futuro (si ocurriese) de independencia; nada más lejos de la realidad; independencia, creo, es dejar de depender de algo o alguien que nos ha sometido o somete a la fuerza. Los que viven en Cataluña, en su día votaron libremente una constitución y no fueron sometidos a nada, ni por nadie, a la fuerza.
Pero esos libros de geografía e historia, que convirtieron y siguen convirtiendo en reales, miles de fantasías animadas de ayer y hoy, son los verdaderos polvos que trajeron estos lodos.
Habría que haber actuado mucho, mucho antes con esos libros de texto, ahora lamentarse no tiene sentido, es demasiado tarde.
Ningún país, que yo conozca, tiene historias cambiantes de su pasado en el transcurso del tiempo y en 19 versiones diferentes, o dependiendo de quien gobierne; y así nos va y nos seguirá yendo, estudiando la asignatura del desconocimiento del medio.
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