Hoy,
como casi todos los dĂas, me he despertado mirando el radio reloj de mi mesilla de
noche, tengo que hacer un escorzo porque con el ojo derecho, "nĂĄ de
nå"; pero esta mañana, ni con el ojo izquierdo, que es con el que medio me defiendo.
-¿QuĂ©
me estĂĄ pasando?
Me
refriego asustado el ojo, quizå una legaña inoportuna, quizå un poco de
conjuntivitis, por Dios, otra vez ¡Nooooo!
Poco
a poco pude ver las 7;45 que marcaba el luminoso rojo; posiblemente fue un
poco de lacrimeo matutino lo que me impedĂa hacerlo.
-Parece
que todo vuelve a la normalidad.
Entonces
me pregunto: ¿CuĂĄl es la normalidad?; ¿QuĂ© es lo normal?
La normalidad depende de que
valores muy mucho lo que tienes; normalidad es que veas
cuando abras los ojos, oigas cuando te hablen; puedas tocar, acariciar, coger;
te comuniques a través de la voz, que te embriagues con un dulce perfume, que
degustes una buena comida; que puedas pasear a la caĂda de la tarde, coger el coche y hacer un viaje, ir a trabajar, jugar una
"pachanguita" al fĂștbol, etc., etc.
Muy
muchos, no tienen a mano esa normalidad; muy muchos se defienden, o nos
defendemos cada dĂa, para seguir adelante; muy muchos estĂĄn continuamente, o
durante muchas horas, viviendo a una mĂĄquina adosados o adosadas; otros
dependiendo de biberones intravenosos para subsistir; muy muchos carecen de la
libertad suficiente para irse un fin de semana a la playa, y otros, y me toca
muy de cerca, algunas veces claman: ¡Yo quiero hacer pipĂ!
Al
final, todo se convierte en normalidad, la cotidianidad de la vida de cada uno
hace que lo que no debiera ser normal, sea continuado; y entonces...
Has
perdido una parte, o mucha de la libertad que tienes como ser humano; pero, eso
sĂ, continĂșas andando a travĂ©s de todos los avatares que la vida te propone,
ese es y debe ser nuestro destino. Ante todo seguir, dando gracias por poder
hacerlo, pero seguir hasta que el destino decida, otros no tuvieron esa oportunidad.
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