UNA RAMA DE THOT.

Thot era el Dios de la luna, de los textos sagrados, de las matemáticas, las ciencias, la magia; fue el mensajero y registrador de los dioses, era el maestro del conocimiento y el patrón de los escribas.

Era, en sus enseñanzas, el que marcaba las directrices de comportamiento a todos los antiguos egipcios. Esas enseñanzas estaban escritas, y pasadas de escriba a escriba, de padre a hijo, y de maestro a alumno.

A los niños, y todos hemos sido niños, decía este dios que había que llevarlos guiados desde pequeños si en realidad se quería que esos niños fueran unos hombres de provecho.

Los que somos cercanos a la edad que me rodea, podrán entender mejor la explicación posterior de las enseñanzas del dios Thot.

Mi padre nunca nos puso una mano encima pero si fue una persona recta, severa, y algunas veces dura.

Por lo visto, y según Thot, el "monjingangueo", a la hora de educar a un vástago, lo que trae al final, a menudo, es que la rama se retuerza cada vez más.

Y cuando una rama se retuerce, como es natural, poco a poco se irá enredando más, y por ende, crecerá menos y peor.

Los caprichos, la permisividad, y la dejadez son malos consejeros en la educación de un hijo.

Así aconsejaba el dios Thot a los egipcios hace más de 5000 años...

-Sea como fuere un chiquillo es como una rama retorcida que tiene dos defectos: La sordera y la ingratitud. Es preciso abrirle en seguida la oreja que tiene en la espalda, hablarle de sus deberes, hacerle comprender todo lo que le debe a sus padres y enseñarle a respetar a los demás. Entonces comenzará a enderezarse y podrá ser educado bien. 

¡Es que Thot era un dios, y sabía más que dios!

Foto extraída de la página de noticiasdenavarra.com