Estas son algunas, o casi todas, de las frases que se pueden hablar sĂłlo utilizando el abanico, uno bueno y fuerte por supuesto.
"Me es agradable y
simpĂĄtico": dar repetidos golpes en la mano izquierda.
"No tengo pareja":
abanicarse de forma lenta y pausada sobre el pecho.
"Quiero conocerle y lo
que tenga que ser serĂĄ": portar el abanico plegado, agarrado con la mano
izquierda.
"No estoy disponible": abrir
y cerrar de forma muy rĂĄpida el abanico.
"Quiero que me de un beso": tocarse
con el abanico de forma sutil los labios.
"Hable conmigo": abrir
el abanico con la mano izquierda y hacer como que estĂĄ contando las varillas.
"Impaciencia": golpear
repetidamente un objeto con el abanico.
"Debe esperar": abrir el
abanico de forma lenta y pausada y enseñarlo.
"Cuando me vaya,
sĂgame": sostener delante del rostro o los ojos el abanico con la mano
derecha.
"Mostar la hora de una
cita": abrir el abanico, pero solo con un determinado nĂșmero de varillas.
"Es nuestro secreto": deslizar
lentamente el abanico por la oreja.
"Tenga cuidado, nos
vigilan": apoyar el abanico cerrado sobre la mejilla derecha o cubrirse los ojos
con el abanico abierto.
"Le amo": para
decir esto solo habĂa que apoyar el abanico sobre el corazĂłn.đ
"No me interesa usted": mantener
el abanico en la oreja izquierda.
"Le odio": tirar al
suelo el abanico.
Todo esto lamentablemente se estå perdiendo, si no se ha perdido ya, obsérvese que la señora habla al señor de usted, cosa impensable en estos tiempos.
No obstante, si alguna vez siente o nota que a su interlocutora se le cae el abanico al suelo, eche a correr por si acaso.
¡QuĂ© cosa mĂĄs bonita por Dios!
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