El otro día leí un artículo de Clint Eastwood en el que le preguntaban cómo podía estar tan joven con esos 92 tacos que le contemplan.
Clint contestaba que estaba tan genial porque ¡No dejaba entrar al viejo cuando se levantaba por las mañanas!.
Mantenerse activo, vivo, fuerte, capaz, está en nosotros, en
nuestra inteligencia, actitud y mentalidad. Somos jóvenes, con independencia de
nuestro DNI. Aprendamos a luchar por no dejar “entrar al viejo” .
Ese viejo que, parece, a todos nos aguarda, apostado, cansado, a la orilla del camino. Esa sensación antigua de cansancio, de
«¿para qué?», de «dejá vu»; y yo añadiría el típico refrán de los viejos de por aquí abajo: Para el tiempo que me queda en el convento, me cago dentro.
Sofia Loren, al igual que Eastwood, sabe el
secreto de una vejez activa y satisfactoria: “Envejecer puede ser
agradable, e incluso divertido, si sabes cómo emplear el tiempo” dice Loren. Y
“ si estás satisfecho de lo que has logrado y sigues conservando la ilusión”.
Pero claro, ni Eastwood ni Loren han hablado del envenenamiento.
Ese que te entra por el cuerpo contemplando todas y cada una de la injusticias que hay en el mundo, las guerras, la mala política, el mal matrimonio, la mala esposa, el mal marido, los hijos que no respetan a sus padres, los padres que son como si no tuvieran hijos, los aprovechados, los abusadores de cuerpo y de alma, los irrespetuosos, las maleducadas...
Eso y miles de cosas más son el veneno del que intenta no dejar entrar al viejo en su vida pero si el veneno, y así nos va.
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Foto de uno de los cuadro que pinté cuando pintaba. |
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