No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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06 septiembre 2022

ESCAMONDAR.

Vi esta palabra ayer en un crucigrama y se me vino a la memoria mi madre cuando yo era chico, pero chico.
Vivíamos por aquel entonces en un "soberao", o un sobrado como realmente se llama, de la calle Queipo de Llano, hoy Jiménez Becerril, frente por frente a la casa de Enrique Ramos q.e.p.d.
Había un corredor inmenso, con ventanas al patio, que separaba la vivienda del retrete; y en ese corredor era, aparte del gallinero y la carbonera, donde mi madre (santa madre) calentaba un cubo de zinc para bañarnos en un lebrillo de barro, a mi, a mi hermano y a mi hermana.
Cuando nos metíamos en el baño, recién llegados del colegio y de la calle de jugar, en ese corredor que parecía de Transilvania (frío y lúgubre) mi madre me decía...
-¡Venga, "pa" dentro que te voy a escamondar!
También se escamondaba el cuarto de baño, la cocina y todo lo que hubiera que limpiar.
Y yo, cándido de mi, ingenuo de mi persona, creyendo toda la vida hasta hoy que escamondar era lavar en profundidad, limpiar bien, lavar mejor.
Pues no, ayer me enteré que escamondar es otra cosa; quizá la gente de campo, campo, conozca el significado, pero como yo no lo conocía me fui a la RAE y, ¡Sorpresa!
-Podar las ramas de un árbol, especialmente frutal, para limpiarlo de ramas inútiles.
¿Tan largos eran los ramalazos de mugre que traíamos del colegio y de la calle, que mi madre nos tenía que escamondar el cuerpo?

Foto de mi amiga Juani Mora.


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