Estoy pensando que en esto de las guerras, las refriegas, los enfrentamientos bĂ©licos debĂan de desaparecer algunas erres.
En muchos de los paĂses mĂĄs bĂ©licos todo se resume en armarse, en armar al ejĂ©rcito.
Los paĂses menos bĂ©licos, en los que la fabricaciĂłn de armas es mĂnima, no se utiliza tanto el verbo armar.
Pero hay paĂses, en los que pareciera que tuvieran miedo hasta de ellos mismos, con una industria armamentĂstica muy importante en su economĂa, y que tiene que estar productiva.
Y, evidentemente, si no hay guerras, pues la fĂĄbrica armamentĂstica no funcionarĂa, al igual que la fabrica de tabaco quebrarĂa si la gente no fumara, o la fĂĄbrica de plĂĄsticos desaparecerĂa si nadie los consumiera.
Evidentemente si una cosa no se vende las empresas van a la quiebra.
Si desapareciera la erre de las armas...
El revolver no existirĂa, ni habrĂa retroceso, ni metralleta, ni carabinas, ni cartuchos, ni disparos, ni armas largas ni cortas, ni artillerĂa, ni torpedos, ni petardos; ni, por supuesto, tiros.
Si desapareciera la R de las armas, serĂan "amas".
Amas de casa que aman a sus congéneres, a sus hijos, y a los convivientes en esas casas.
¡Ama, y no hagas la guerra!
¡NO A LAS GUERRAS!
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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