Hay una plĂ©yade de programas en los que se opina de todo, sobre todo de polĂtica.
En esos programas los polĂticos retirados, o los no electos en su momento, van a las cadenas de televisiĂłn y de radio a dar sus opiniones.
Esas tertulias son residuos de campañas electorales, zurrapas de debates previos a elecciones, que van calentando el ambiente para las próximas.
En esos debates tertulianos, sin control, sin tiempo establecido, y casi sin educaciĂłn, proliferan improperios de partido contra partido, de persona contra persona, de ideologĂa contra ideologĂa.
En ningĂșn momento he escuchado a uno de los contertulios, o contertulias, dar la razĂłn al rival polĂtico de enfrente, aunque lo que estĂ© defendiendo no tenga ni pies ni cabeza.
A unos ahora les toca atacar, porque se sienten en posesiĂłn de la verdad, dado el movimiento popular; y a los otros, ahora mismo, defenderse porque no tienen ninguna forma de describir correctamente la situaciĂłn que ellos mismos estĂĄn creando, o han creado.
Es mucho mĂĄs difĂcil describir las cosas que opinar sobre ellas. Infinitamente mĂĄs. En vista de la cual, todo el mundo opina, y la mayorĂa no sabe ni de quĂ© opina.
Foto de mi amiga Isabel RodrĂguez Camacho. |
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