Un dĂa dije en este espacio que lo que llevas en el corazĂłn, lo llevas para todos los casos, en todos los momentos, y a cada rato.
Si eres malo o mala, eres malo o mala para todo, amigos, casa, trabajo, para todo.
QuizĂĄs puedas encubrir algo de tu maldad con un poco o un mucho de teatro, pero al final saldrĂĄ a flote tu maldad.
Lo mismo pasa con los buenos o buenas, son buenos para todo.
Y de los regulares no digo nada porque los regulares no existen.
Algunos o algunas quizĂĄs no saben si son buenos o malos hasta que no se les presente la oportunidad de decidir en algo crucial, y depende para el lado que tire, por ahĂ irĂĄ la grandeza o miseria de su corazĂłn.
Solo es posible cambiar a la forma de actuar de tu corazĂłn si se ve interferido por el amor. Esto lo cambiarĂĄ, o podrĂĄ cambiar todo, depende con quien te topes.
Cuando en tu corazón habite: el azul del cielo, la calidez del sol, el gorjeo de los påjaros, el perfume de las flores, la nostalgia del atardecer, el encanto de las mañanas, la serenidad de los lagos, la sonrisa de la ventura y la caricia del viento; recuerda que alguien ha tocado tu corazón con esa varita mågica del amor.
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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