Ayer tuve que desplazarme al centro de salud, el que me corresponde, el juncal, en la ronda del tamarguillo.
Tenía cita para una analítica rutinaria, la cita era a las 8;30 de la mañana y tenía el número uno.
Llegué a la consulta (4) donde normalmente son las extracciones a las 8;10, con tiempo suficiente para ello.
Había dos mujeres mayores sentadas esperando.
Me acerqué y les dije:
- ¿Aquí son las extracciones? Yo tengo el número uno.
- Sí, ahí es.
Me extrañó ver un cartel pegado en la puerta, que decía que la extracciones serían en la sala 22 de la primera planta.
Y así se lo dije a las señoras.
Me cercioré en el mostrador de que era así, entré a orinar y me fui para arriba.
Serían las 8;15 cuando llegué a la sala, y una ya estaba dentro pinchándose y la otra afuera entregando los papeles.
No eran ni las ocho y media y me dice la enfermera cuando voy a entrar...
-Espere a que termine con esta señora.
Y digo, si, esa señora y la de delante que se han colado.
No tuvieron valor de mirarme a la cara.
Se debería enseñar en los colegios.
¿Qué es más rápido que la velocidad de la luz?
Una mujer mayor para colarse en el médico; bueno en el médico, en el banco, en el súper, en el autobús, o a donde pille.
Si realmente tenían algo urgente que hacer, que hubieran pedido el turno.
¡Qué poca vergüenza!
¡Pídele el turno alguna vez a ellas, que verás!
Ah, y que conste que yo también soy mayor.
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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