No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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26 agosto 2024

LA MÁQUINA DEL TIEMPO.

La otra tarde estuve viendo, otra vez, la pelĂ­cula basada en la novela de H.G.Wells de 1895, "La mĂĄquina del tiempo".
La película, del mismo nombre, es de 2002, la primera versión era de 1960, y estå dirigida por, curiosamente, Simon Wells, e interpretada por Guy Pearce, que en esa película se parece enteramente a José Antonio Canales Rivera.
Bien, como querĂ­a decir, estuve viendo la pelĂ­cula, en la que Alexander Hartdegen (Guy Pearce), inventa una mĂĄquina del tiempo porque su prometida habĂ­a muerto y querĂ­a recuperarla, pero solo podĂ­a viajar hacia adelante en el tiempo.
Es impresionante como se suceden las escenas, en el mismo sitio donde estaba ubicada la måquina, con el transcurso de los años, hasta mås allå del año 800.000.
Las transformaciones del paisaje y la desapariciĂłn del hĂĄbitat me ha dado mucho que pensar.
En este mundo, todo desaparece, por muy importante que sea una civilizaciĂłn; el tiempo se encarga de borrarlo o enterrarlo todo.
Pueden quedar vestigios, retazos de construcciones o legados escritos, pero todo sucumbe al paso del tiempo.
Todo pasa a ser carne de arqueĂłlogos.
Todo y, por supuesto, todos. Nuestras cosas, nuestras ideas, nuestros recuerdos, nuestra memoria, las ideologĂ­as polĂ­ticas, las creencias religiosas; todo, quiere decir todo.
TengĂĄmoslo presente a la hora de atesorar cosas, de guardar recuerdos, al final, si no interesan sucumbirĂĄn.

Foto de mi rĂ­o Guadiamar, de mi amiga Juani Mora.


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