No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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22 agosto 2024

LOS SAPOS.

Estaban dos sapos por la noche, en una charca, haciendo rato para cenar.
Por allí, por la charca, pasaban todo tipo de insectos que iban a beber, y todos les gustaban a los sapos, excepto las luciérnagas.
Los dos sapos oteaban a la noche para ver a qué insecto le podían echar mano para la cena.
El sapo mås verde veía pasar luciérnagas, para arriba y para abajo.
EmpezĂł a seguirlas concienzudamente, hacia un lado, hacia otro, hacia arriba, hacia abajo, no les quitaba los ojos saltones de encima.
El sapo mås amarillo esperaba que una buena libélula le sirviera de cena.
En uno de los revoloteos de las luciérnagas el sapo verde extendió su larga lengua e hizo presa en una, metiéndosela en su gran boca.
El sapo mĂĄs amarillo lo mirĂł sorprendido con sus ojos saltones.
El sapo verde, le dio dos vueltas en la boca a la luciérnaga y después la escupió.
¿Por quĂ© has hecho eso? PreguntĂł el sapo mĂĄs amarillo.
Porque brillan, porque esas jodidas brillan, contestĂł el sapo verde.
Moraleja: Mucho cuidado con los sapos que atacan a los que brillan.

Foto extraĂ­da de facebook.



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