Estaban dos sapos por la noche, en una charca, haciendo rato para cenar.
Por allĂ, por la charca, pasaban todo tipo de insectos que iban a beber, y todos les gustaban a los sapos, excepto las luciĂ©rnagas.
Los dos sapos oteaban a la noche para ver a quĂ© insecto le podĂan echar mano para la cena.
El sapo mĂĄs verde veĂa pasar luciĂ©rnagas, para arriba y para abajo.
EmpezĂł a seguirlas concienzudamente, hacia un lado, hacia otro, hacia arriba, hacia abajo, no les quitaba los ojos saltones de encima.
El sapo mås amarillo esperaba que una buena libélula le sirviera de cena.
En uno de los revoloteos de las luciérnagas el sapo verde extendió su larga lengua e hizo presa en una, metiéndosela en su gran boca.
El sapo mĂĄs amarillo lo mirĂł sorprendido con sus ojos saltones.
El sapo verde, le dio dos vueltas en la boca a la luciérnaga y después la escupió.
¿Por quĂ© has hecho eso? PreguntĂł el sapo mĂĄs amarillo.
Porque brillan, porque esas jodidas brillan, contestĂł el sapo verde.
Moraleja: Mucho cuidado con los sapos que atacan a los que brillan.
Foto extraĂda de facebook. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario