La vida es la jugadora de fĂștbol mĂĄs sucia que conocemos.
Desde que naces te va poniendo zancadillas.
Unas delicadas, otras brutales, pero al fin y al cabo zancadillas.
Desde una enfermedad de malformación genética, hasta un fallo en el parto; desde la pérdida temprana de tu madre, hasta el abandono prematuro de tu padre.
Los compañeros del colegio tambiĂ©n tienen la costumbre de ponerte zancadillas o "carzos" ( que supongo que serĂan "calzos".
Y cuando empiezas a trabajar también hay trabas por parte de tus camaradas envidiosos.
Todo esto es natural porque el hombre, de por sĂ, tiene el gen de hacer daño a sus congĂ©neres.
No todos, ni todas, gracias a Dios son iguales, en esa época de la vida conoces a los mejores amigos y amigas, compañeros y compañeras que perdurarån por los siglos de los siglos.
Después vienen las trabas de las parejas, de la vida en pareja; de los hijos que te absorben gran parte del tiempo de tu existencia.
Y ya ¿para quĂ© vamos a hablar de males y enfermedades?
Hasta el Ășltimo aliento la vida te estĂĄ poniendo trabas; el secreto estĂĄ en eludirlas o intentar, por lo menos, que te hagan el menor daño posible.
Foto de mi amiga Juani Mora. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario