Eso es, ni mĂĄs ni menos, que nuestra vida, un puzle.
El destino, o el mismo cielo, cuando naces, te mete una caja imaginaria debajo del brazo con las piezas que compondrĂĄn tu puzle vital.
EstĂĄn las piezas de tus padres, de tus abuelos, aunque algunas se deterioren aceleradamente.
Figuran tus amigos de la infancia, tus compañeros de colegio, los maestros y profesores.
Tus posibles parejas y por ende tus posibles hijos e hijas.
Tus compañeros de trabajo, y tus jefes.
AdemĂĄs de todo eso, tus actividades dentro de la vida.
Las mĂas, la mĂșsica y sus actuaciones, el teatro, la escritura, la poesĂa, pregones varios, una raciĂłn de pintura, deportes; todas esas piezas estĂĄn a tu disposiciĂłn para que elabores tu puzle.
El puzle siempre estarĂĄ inacabado porque estarĂĄ en continua ejecuciĂłn, y deberĂĄ ser terminado por quien te de sepultura.
Esa persona serĂĄ la responsable de terminar tu puzle.
Te deseo que esa puzle sea agradable y largo de completar.
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| Foto del diario el Mundo. |
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