Hubo una vez una gaviota, la cual descendiĂł volando a uno de los suburbios de la capital de Lu. El marquĂ©s de la zona se afanĂł en agasajarla y darle la bienvenida en el templo, preparando para ella la mejor mĂșsica y grandes sacrificios. Sin embargo, el ave estaba aturdida y triste, no probando la carne o el vino. Tres dĂas despuĂ©s muriĂł. El marquĂ©s de Lu agasajĂł a la gaviota tal y como a Ă©l le hubiese gustado ser agasajado, no como al ave hubiese deseado”
Siempre es necesario que nos preocupemos de lo que otros necesitan, no intentando satisfacer nuestras necesidades intentando ayudar a los demĂĄs.
Actuando asĂ, solo podremos hacer de los demĂĄs vĂctimas de nuestra bondad.
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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