Lamentablemente muchos y muchas son como bastones de ciego.
Ayudan a los que necesitan cobijo, dinero, amistad, comprensiĂłn o amor.
EstĂĄn continuamente a cargo del bienestar de las personas a las que ayudan.
Algunas veces, sin soluciĂłn de continuidad.
Pero hay algunas veces, por mor de lo divino, que dejan de necesitar ayuda.
Y entonces ¿QuĂ© pasa?
Pues, nada mĂĄs y nada menos, que si te he visto no me acuerdo.
Ni un hola, ni un ¿CĂłmo estĂĄs?, ni un ¿Necesitas algo?, como dirĂamos en los ochenta...
¡Nasti de plasti!
Lo dicho, son bastones de ciego, y por ello...
El dĂa en que un ciego recupera la visiĂłn, lo primero que tira es el bastĂłn que tanto le ayudĂł toda su vida.
¡QuĂ© lĂĄstima!
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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