Un panadero compraba mantequilla todos los días a un granjero.
El panadero, desconfiado de la cantidad de mantequilla que recibía, decidió pesarla para determinar que era exactamente lo que el granjero decía.
Al hacerlo descubrió que la mantequilla pesaba un poco menos de lo que habían acordado.
Indignadísimo el panadero llevó al granjero ante un juez acusándolo de engaño.
Cuando el juez le preguntó al granjero cómo pesaba la mantequilla, el granjero respondió que no tenía una balanza propia, en lugar de eso usaba el pan, que compraba del mismo panadero como medida.
Si el pan pesaba menos, la mantequilla también, porque él siempre daba la misma cantidad.
MOLALEJA: "Siempre vas a obtener lo que das, si intentas engañar a otros, a cambio, serás engañado.
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