Érase una vez un lobo muy hambriento que vio un rebaño de ovejas. Un día encontró una piel de oveja en el bosque y tuvo una idea para despistar al pastor.
—Me disfrazaré con esta piel de oveja. Así las ovejas y el
pastor creerán que soy una oveja más.
Y su plan funcionó. Al atardecer, el lobo fue llevado al
establo con el resto de las ovejas. El lobo se relamió, pensando en el gran
banquete que se daría por la noche. Pero, cuando anocheció, el pastor entró en
el establo buscando carne para cenar. Y, creyendo que el lobo era una oveja, lo
tomó y se lo llevó.
Moraleja: "Quien muchas trampas hace termina por caer en
ellas". Esta fábula de Esopo quiere enseñar que la mentira y las trampas
siempre nos traerán problemas. Cuanto mayor sea la mentira, mayor será el daño.
Pues eso mismo.
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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