Al verdadero ventrĂlocuo se le reconoce por la inmovilidad de los labios al hacer
hablar a sus muñecos o muñecas. Lo Ășnico que les estĂĄ permitido es tensar los
mĂșsculos del cuello y mover la nuez de AdĂĄn.
La voz no sale del vientre o del estĂłmago- como podrĂa deducirse del tĂ©rmino
ventriloquĂa (habla con el vientre)-, sino que, como todas las voces procede de las
cuerdas vocales.
La lengua queda retraĂda y solo se mueve su punta.
Para practicar la ventriloquĂa se precisa tener una glotis estrecha y un gran dominio
de la musculatura del diafragma que permita empujar el aire hacia arriba.
Ser un buen ventrĂlocuo o ventrĂlocua (como la que hoy subo en vĂdeo) es muy
difĂcil y requiere mucha, mucha prĂĄctica.
Celia Muñoz una artista.
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