Mi cama no tiene patas, tiene un canapé, hace falta sitio para guardar cosas y en un canapé caben muchas.
Pues ni por esas me libro.
Me acabo de dar un “piñazo” en los dedos pequeños del pie con la esquina de la parte del suelo del canapĂ©, y ha sonado como un crujido acompañado de una punzada, que me he temido lo peor.
¡Ya me he partido un dedo, o dos, o quiĂ©n sabe!
¡QuĂ© dolor mĂĄs agudo por Dios!
O tengo los pies demasiado grandes, o los muebles son extremadamente anchos.
En la pata del sofĂĄ, ¡Pum!
En la pata de la silla, ¡Pum!
En el sostĂ©n de la encimera, ¡Pum!
Todo eso lo entiendo, lo comprendo y lo asumo; son patas que estĂĄn por ahĂ pululando, y como veo poco, y ademĂĄs como soy cariñoso, de vez en cuando, me gusta darle un beso a mis "patas bonitas". ¡Joeee!
Coñe...
¿Pero en un canapĂ© que no tiene patas sino un tablero desde la cama al suelo cĂłmo es posible?
SerĂĄ la edad, o imĂĄn que tienen mis dedos para con los muebles.
Por suerte se ha pasado el dolor, parece que no hay nada roto.
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| Preciosa foto de mi amiga Juani Mora. |
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