Esta vida nuestra es una superposición de cosas, sobre todo de problemas, porque por una cosa buena que te pasa suelen suceder cinco cosas malas.
Y también es claro que hay muchas personas, muchísimas personas, que tienen bastante más que nosotros.
Recuerdo que para el almacén de frutas que fue de mi suegro y que ahora regenta su hija Manoli Mora, hizo mi padre tres o cuatro tablas con una puntilla grande y larga clavada por detrás y que sobresalía por la delantera, donde se iban clavando las facturas que se iban haciendo durante la dura jornada de trabajo.
En esos pinchos se iba acumulando el trabajo de la jornada, las facturas que eran abonadas en el acto y los albaranes de facturas pendientes de pago.
En otro pincho se iban colocando las facturas que se iban pagando, todo ello para que el contable pudiera llevar correctamente las cuentas.
Aquello era una superposición de facturas cobradas y facturas pagadas..
Si el clavo de las facturas cobradas era superior a las pagadas, el negocio iba bien.
Pues en la vida es lo mismo, en un pincho se pinchan las buenas cosas que te van pasando, y en el otro, por supuesto, las malas.
La vida es una superposición de problemas y cosas buenas.
Y ya sabemos cual es el pincho que tiene que tener más papeles.
Más menos así era el pincho. Foto de la página de GRAWE |
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