Todos hemos vivido alguna vez un tirocinio.
MĂĄs bien, dirĂa yo, que vivimos constantemente en un tirocinio.
Desde que nacemos, que si hablar, andar, comer, guarderĂa, colegio, instituto, universidad, trabajo, pareja, sexo, hijos, siempre, creo que siempre estamos en un tirocinio.
Algunos tirocinios son muy bruscos, de golpe, abruptos; otros son mĂĄs livianos o agradables.
Los tirocinios procedentes de decepciones, traiciones, o ataques son los mĂĄs difĂciles de sobrellevar.
La RAE dice que un tirocinio es un aprendizaje o un noviciado.
Pero yo digo, o afirmo, que la vida es un continuo tirocinio.
Cada dĂa que pasa se es novato en una cosa, en un sentimiento, en una experiencia, por lo que nadie deja de aprender, de ser novato en las cosas que le pasan.
Y lo peor de todo es que los que dan novatadas, son los mĂĄs novatos, los que no han sabido aprender que todos hemos sido, somos, y seremos novatos o novatas.
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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