Muchas de las expresiones con las que nos comunicamos hoy en dĂa, provienen directamente del mundo del toro; esos primeros toreros Pepe Hillo, CĂșchares, Lagartijo; Joselito, Belmonte, etc. dejaron en nuestra lengua multitud de frases hechas, a saber de algunas:
¡Coger el toro por los cuernos!, ¡Hasta el rabo todo es toro!, ¡SaltĂĄrselo a la torera!, ¡Que no te coja el toro! y muchas mĂĄs de las que podrĂamos hacer un glosario.
Pero hoy me quiero referir a una frase, la que hasta hace un rato, no he relacionado con el mundo del toro, y mira que la he escuchado veces, y mira que he estudiado cosas del toreo.
Mi hijo JesĂșs, canta mañana en el gran Teatro Falla de CĂĄdiz, con su comparsa Cazagigantes; y como bien dice el refrĂĄn: De tal palo, tal astilla.
Cuando algo importante en mi vida tenĂa, tiene o tendrĂĄ que sucederme, los prolegĂłmenos son los que me matan; con la espera, se apoderan de mi los fantasmas, el miedo, y sobre todo la responsabilidad, y si esa responsabilidad conlleva, que lo que yo haga o diga, o como en este caso cante, deba ser parte del Ă©xito o fracaso de un grupo, todavĂa peor; y asĂ supongo que estarĂĄ mi infante.
Me acuerdo, hace tiempo, que el mozo de espadas de Juan Antonio Ruiz Espartaco, Domingo RomĂĄn, me decĂa que en la habitaciĂłn del hotel, donde los toreros peor lo pasan, le ponĂa tres trajes de torear, cada uno en una silla, para que Juan se entretuviera en pensar cual de los tres decidĂa ponerse, para que asĂ se le olvidara un poco la responsabilidad de la tarde.
Pues nada hijo, tendrĂĄs que intentar desviar tus pensamiento a otro sitio y olvidarte un poco del domingo por la noche.
Aplicando el dicho que antes comentaba, te conmino: ¡Ya estĂĄs en capilla!, esa a la que entran los toreros en las plazas justo antes de hacer el paseillo, de ahĂ la frase.
Pues si, ya estĂĄs en una capilla, ya sabes muy bien lo que tienes que hacer en ella.
Se abrirĂĄ el telĂłn, y empezarĂĄs a cantar, todo fluirĂĄ sin problemas, como le pasa a los buenos toreros, el miedo se quedarĂĄ en la capilla y si me apuras en el hotel.
Te acompañaremos los que estån y los que no estån, para darte toda nuestra fuerza.
¡Ea, a torear! ¡Y no dejes de soñar dentro de tu sueño!
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