Queridos Reyes Magos:
Desde hace lustros no suelo escribiros antes de las Navidades para pediros los regalos que me gustarĂa recibir en el dĂa de la Cabalgata.
Era pequeño, y pedĂa, pedĂa sin conocimiento de causa; ahora dejo lo que vayĂĄis a traerme a vuestro libre albedrĂo, lo prefiero asĂ, mayor sorpresa o mayor desilusiĂłn si cabe.
Pero hoy, hoy no os estoy escribiendo para pediros nada, no os estoy dirigiendo mis letras para solicitaros ningĂșn regalo, solamente quiero enviar en este sobre una sola palabra enmarcada:
¡Gracias!
Gracias, en primer lugar, porque me regalĂĄis la posibilidad de levantarme cada dĂa; gracias por dejarme medio ver el mundo, gracias por permitirme escuchar las voces, la mĂșsica; muchas gracias por concederme el paladar, el aire que respiro; gracias por facilitarme el tocar, besar, abrazar, bailar; muchas gracias por cederme la posibilidad de aspirar dulces aromas; muchas gracias por mis hijos, mi madre, mis hermanos, mis amigos, y por ella.
Gracias enormes por haberme dejado vivir un año mås.
En fin, agradecido porque me hayĂĄis dado la oportunidad de nuevo, de poder abrir los regalos que me compran todos para este dĂa; pero yo os doy gracias, porque me habĂ©is dejado disfrutar de vuestros dones durante todo este año.
Espero poder dedicaros esta carta de nuevo, el año que viene por estas mismas fechas, si Dios y vosotros asà lo queréis.
¡Muchas gracias!
¡Muchas gracias!
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