No se por qué, será seguramente para seguir el equilibrio del mundo; el Yin y el Yang, la verdad y la mentira, el blanco y el negro; pero lo mismo que tenemos sueños, también tenemos pesadillas.
Hace muchos años, mi hermano (que por aquellas fechas tendría unos cuatro o cinco años) se despertaba en medio de la madrugada, desencajado, excitado y gritando; obviamente estaba teniendo una pesadilla.
Eso ocurrió durante algún tiempo, mis padres lo llevaron a médicos para ver de qué forma se podía paliar esa desaforada forma de despertarse; después de varias pruebas y muchas preguntas la conclusión fue que mi hermano se quedaba dormido viendo la televisión y proseguía la película o dibujos animados que estuviera viendo como bien le parecía en sus sueños. Mis padres consiguieron que no ocurriera más y se acabaron las pesadillas.
No se qué puede determinar que una noche se tenga un sueño bonito y placentero y otra u otras se "disfrute" enormemente de unas pesadillas.
Lo que si me preocupa, es que tanto los sueños como las pesadillas son tan reales que parece que las estamos viviendo; y eso puede traer consecuencias.
El estrés y la tensión en las que nos vemos inmersos en una pesadilla, supongo que pueden ser nocivos para la salud; deben subir la tensión arterial, e incluso podría llegar a algo más grave; algunas veces te despiertas con el pulso muy acelerado, o incluso asustado, dolido, apenado, etc.
Muchos problemas cardíacos o circulatorios en personas mayores acaecen de madrugada, quizá tenga algo que ver con las pesadillas al ser incontrolables, o no.
Sueños y pesadillas, para que dormir de noche sea más entretenido.
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