Probablemente yo también haya incurrido en este error, en dejar un poco apartada a la gente; si bien en mi vida laboral no he tenido más remedio que interactuar con todo tipo de personas, lo cierto y verdad es que siempre he intentado respetar a todos y a todas, dando a cada uno su sitio correspondiente; incluso a los que me hicieron mal, a los que me la jugaron, a los que juguetearon con mis sentimientos, a los que ni siquiera se lo merecían les guardé un punto de respeto.
Hay muchas personas, que sin dejar de ser clientes, (fuera de la vida familiar y del círculo de amigos), subieron un escalón y llegaron a ser amigos; siempre estuve abierto a todos, y cada vez que necesitan algo me inquieren, y yo hago lo mismo.
Una cosa muy distinta es el aprovechado, el que siempre busca su beneficio, el que jamás da nada, el que cada vez que te llama es para cotillear algo de lo que se ha enterado, o que le han dicho o lo que es peor, para pedir.
Es muy diferente que necesites a una persona o amigo, y que te interese algo de él.
Si lo necesitas es que estás falto de algo, que precisas una ayuda; y lo otro, el "interesamiento" (me interesa y miento), es para tu propio beneficio en detrimento del otro.
Me hace mucha gracia la gente que te deja de hablar cuando dejas de interesarle.
Toda esta retahíla pertenece a la vida normal; al día a día de nuestra existencia, porque si nos adentramos en las profundidades de la vida amorosa, ¡ofú! entonces tendremos que apagar hasta el sol.
"Hay una gran diferencia entre la gente que te extraña cuando está aburrida y la gente que te extraña siempre, la segunda gente, es la gente que te quiere".
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| Foto extraída de la página: lagenteesmaravillosa.com |
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