La otra tarde estaba hablando con mi hijo sobre lo que tenemos encima, y salió el tema de las restricciones horarias, sobre todo en los bares y restaurantes.
El comentario de mi hijo me hizo pensar detenidamente sobre el tema.
Restaurantes y bares, barras cerradas, mesas sólo de a cuatro y a las seis cerrados, parece que va a cambiar, pero...
El que trabaja hasta las cinco o las seis de la tarde no tiene derecho ninguno a tomarse una cerveza o a comer fuera?
Podréis decir que lo dejen para el fin de semana, pero no hay espacio material, dadas las restricciones, para satisfacer los deseos de una cervecita fuera de casa de los ciudadanos.
Si el horario de una oficina de atención al público es sólo de 11 a una de la mañana, en esa franja horaria se concentrarán todos los que necesitan esa atención, las colas pueden ser largas y la desesperación de los que esperan más. Pues en la hostelería debe de pasar lo mismo.
Si pudieran abrir de tarde y de noche, el reparto de la clientela sería más proporcionado y la hostelería tendría más capacidad de operativa, de servicio, y de atención al cliente; los taxistas tendrían más carreras, habría más puestos de trabajo y un largo etcétera de beneficios.
Hay tantas cosas que no tienen sentido en esta pandemia, hay más de ocho o diez grupos de quinientas cosas que no tienen sentido; pero al final, siempre son los mismos los culpables, cuando realmente, los culpables son los de siempre, los inconscientes; las incontrolables botellonas, las fiestas privadas no guardando las distancias ni las normas y las autorizaciones incomprensibles.
Los hosteleros tienen todos los controles del mundo en su atención, y los cierran; a los otros, lo otro ¿Cómo coño lo controlas?
De que una persona tenga su pareja en Cádiz y lleve más de un mes sir verla porque cada uno trabaja en una provincia diferente, y otros puedan: manifestarse, asistir a eventos, estar en todos los programas de televisión, viajar desde Francia para asistir a fiestas ilegales y emborracharse, abrazarse y besarse en actos públicos, venir de toda Andalucía para celebrar el 28 de febrero a las puertas del Parlamento, y un sinfín de etcéteras, hablaré otro día.
En fin, lo de siempre, lo de toda la vida, "los justos por los pecadores".
Ah, y que no se me olvide, "El que sigue y cumple las normas se jode, y si alguna vez se las salta extrañamente, seguro que lo pillan; los que no las siguen son los que viven bien, se saltan las indicaciones a la torera y tienen la puñetera suerte que nunca los agarran"
Esta pandemia decíamos que estaba sacando lo mejor de nosotros mismos...¡ Y una mierda!
Lo que aflora es lo peor de lo peor, y si no haced un pequeño examen de conciencia y ved lo que está pasando en todos los ámbitos.
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| Foto extraída de la página: lasexta.com |
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