Esta palabra procede del latĂn "Semis" que quiere decir mitad, y realmente es la mitad de la mano.
Es la distancia entre el dedo pulgar y el Ăndice abiertos al mĂĄximo, la otra mitad va desde el Ăndice al dedo meñique completando el total de la palma de la mano.
Es un caso, relativamente frecuente de la mutaciĂłn de la "S" inicial a "J".
Un jeme vendrĂa a ser literalmente "media cuarta".
Si tuviéramos que medir la capacidad intelectual de muchos de los que dirigen nuestros destinos, posiblemente no tuvieran ni medio jeme.
Si hubiĂ©ramos de medir la empatĂa de muchĂsimos jefes que pululan por el orbe obrero, tampoco tendrĂan ni medio jeme.
Si pudiĂ©ramos apreciar la caridad que atesora el corazĂłn de tantas y tantas gentes, pues seguramente no llegarĂa a un jeme.
Si descubriĂ©ramos el amor de muchos y de muchas por sus parejas, posiblemente encontrarĂamos escasos jemes.
Si observĂĄramos el dinero que se pierde por todos lados, nos darĂamos cuenta que sĂłlo nos quedarĂan unos pocos jemes para sanidad, educaciĂłn, seguridad, y un sinfĂn de necesidades perentorias para los ciudadanos.
¡Ay, con solo un jeme de sentido comĂșn, cuantas cosas podrĂamos cambiar!
Pero lamentablemente ese jeme de sentido comĂșn que harĂa falta para enderezar muchas cosas se nos ha escapado entre los dedos, se estĂĄ esfumando entre rencillas inĂștiles, y barbaridades mĂșltiples; con lo fĂĄcil que serĂa trabajar todos a una, aunque solo sea un jeme.
Esta palabra, que he descubierto hoy, es ideal para aplicarla a "cosas pequeñas".
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