No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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02 agosto 2021

JEME.

Esta palabra procede del latín "Semis" que quiere decir mitad, y realmente es la mitad de la mano.
Es la distancia entre el dedo pulgar y el índice abiertos al máximo, la otra mitad va desde el índice al dedo meñique completando el total de la palma de la mano.
Es un caso, relativamente frecuente de la mutación de la "S" inicial a "J".
Un jeme vendría a ser literalmente "media cuarta".
Si tuviéramos que medir la capacidad intelectual de muchos de los que dirigen nuestros destinos, posiblemente no tuvieran ni medio jeme.
Si hubiéramos de medir la empatía de muchísimos jefes que pululan por el orbe obrero, tampoco tendrían ni medio jeme.
Si pudiéramos apreciar la caridad que atesora el corazón de tantas y tantas gentes, pues seguramente no llegaría a un jeme.
Si descubriéramos el amor de muchos y de muchas por sus parejas, posiblemente encontraríamos escasos jemes.
Si observáramos el dinero que se pierde por todos lados, nos daríamos cuenta que sólo nos quedarían unos pocos jemes para sanidad, educación, seguridad, y un sinfín de necesidades perentorias para los ciudadanos.
¡Ay, con solo un jeme de sentido común, cuantas cosas podríamos cambiar!
Pero lamentablemente ese jeme de sentido común que haría falta para enderezar muchas cosas se nos ha escapado entre los dedos, se está esfumando entre rencillas inútiles, y barbaridades múltiples; con lo fácil que sería trabajar todos a una, aunque solo sea un jeme.

Esta palabra, que he descubierto hoy, es ideal para aplicarla a "cosas pequeñas".

Foto extraída de la página: genial.guru


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