La familia, ¡Ay la familia!
Es el principio y el fin, el alfa y el omega, la a y la zeta.
Cuando naces serĂas, y realmente eres un ser inĂștil sin una familia, sea de sangre o no sea de sangre, pero una familia.
Conforme vas creciendo, cada vez te crees mĂĄs superior a todo y a todos y la vas dejando un poco de lado, pero llega un momento en que siempre la vas a necesitar, y si has sido respetuoso la tendrĂĄs, en otros casos no te quedarĂĄ ni eso.
Sobrellevar a una familia es difĂcil, hay que perdonar mucho, no guardar rencor, estar siempre alerta por si te necesitan, muchos y muchas dicen que como mejor se estĂĄ es sin familia, hasta cuando te hace falta.
Desde la familia, el primer escalĂłn de la convivencia humana; hasta, pongamos por ejemplo, la religiĂłn (cualquiera), todos estos grupos estĂĄn compuestos por hombres y mujeres, y al ser asĂ, todos estos grupos acarrean los mismos defectos que acarreamos las personas.
Sin familia no tendrĂĄs problemas, pero...
La familia es evidentemente un complemento de nosotros mismos. E incluso, mayor que nosotros mismos, sobreviviéndonos con lo mejor que se encierra en nosotros.
Al final, todos somos ramas de troncos anteriores, y como dice el dicho...
"Dichosa la rama que al tronco sale."
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