Proviene del verbo latino "distrahere" desviar; y éste de la raíz "dis" (prefijo de negación) y "trahere" (conducir, trasladar) de ahí el traer.
Así mismo se añade el sufijo "ido" que crea adjetivos de cualidad.
Entonces, literalmente distraído sería: La cualidad (en este caso mala) de no conducir, no trasladar.
En el diccionario de la RAE tiene dos significados:
- Dicho de una persona, que, por distraerse con facilidad, habla u obra sin darse cuenta cabal de sus palabras o de lo que pasa a su alrededor.
- Entregado a la vida licenciosa o desordenada.
En ambas acepciones hay un desorden estructural de la forma en la que encauzar tu existencia.
En el primer caso, hay tantos que se hacen el distraído, tantos y tan variados que muchos de ellos también entran en la segunda acepción.
Son personas que se distraen con facilidad, que no se acuerdan de lo que se han quedado, de lo que han hecho, de a quien han timado; y además, muchos de esos dineros que también han "distraído" han sido despilfarrados entregándose a una vida licenciosa y desordenada.
Pero, ¡ah! cuando están ante el juez, joder, pierden el "distra" y se convierten en "idos".
Idos a la luna, no se acuerdan de nada, ni qué se quedaron, ni qué robaron, ni dónde lo gastaron, ni dónde lo metieron, y casi ni siquiera que fueran ellos los mequetrefes que nos estafaron.
¡Idos!, Eso es lo que tenéis que hacer, ¡Idos a tomar mucho por culo!
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