Entierra los recuerdos que te hagan sufrir, que te hagan padecer, que realmente te duelan.
Todo libro que se termina no tiene mĂĄs remedio que pasar a la estanterĂa de la vida.
AllĂ quedarĂĄ archivado por lo siglos de los siglos.
Tienes la opciĂłn de consultarlos de vez en cuando, pero no depositarlos nunca mĂĄs en la mesa ni en la cabecera de la cama para volverlos a leer.
Unos libros serĂĄn mĂĄs buenos, te traerĂĄn mĂĄs buenos recuerdos que malos, pero habrĂĄ de todos; esos debemos consultarlos mĂĄs a menudo pero solo las pĂĄginas marcadas con la "B" de bueno. Pero siempre, despuĂ©s de la consulta, el libro a la estanterĂa.
Y hay otros libros que son malos, de novelas de dramas, e incluso en algunos casos de terror, esos, solo consultarlos en casos extremos para no volver a caer en los mismos errores.
Todos los libros que componen la biblioteca de nuestra vida estĂĄn marcados u ordenados.
El libro de la infancia, el de tu familia, el de la niñez, los libros de la adolescencia, el de la pubertad, los libros del amor, de la o las parejas, los de tus hijos, el de las enfermedades, e incluso el de la muerte, que estarå en blanco, porque estarå pendiente de escribir.
Los libros que tienen malos recuerdos hay que enterrarlos en el fondo de la estanterĂa de la vida, y no llevarles ni flores.
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