Famosa ya es la leyenda del "Gallo de Morón" que no era gallo ni de la ciudad moronense.
Se trata de una historia que parte del siglo XVI y que tiene dos versiones, a saber:
Por un lado, hay quien dice que se trataba al parecer, de un recaudador de contribuciones que llegó a Morón desde Granada; y a quien, debido a su altanería y su cierto aire de matón lo apodaron "El Gallo".
Cuando los lugareños no pudieron soportar más sus desplantes le proporcionaron una manta de palos y acebuchazos (varazos con varas de acebuche (olivo silvestre) de la que salió casi sin ropa y lamentándose.
¡Sin plumas y cacareando!
La otra variante de la historia se parece bastante, y cuenta que "el gallo" era un juez que llegó a Morón para poner paz entre los bandos que se crearon en el pueblo cuando, a finales del siglo XVI, se constituyó el Cabildo.
Sea de una forma o de otra, lo cierto y verdad es que al Sr. Gallo le dieron fuerte y flojo.
¡A cuántos gallos y gallinas (o gallas) deberíamos de dar una buena manta de palos y acebuchazos y mandarlos a freír espárragos.
¡Pues si!
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Foto extraída de wikipedia. |
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