No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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12 diciembre 2022

CUANDO TE ARAÑAS.

Normalmente te arañas la cara cuando piensas, meditas, recuerdas, o sientes algo delante del espejo.
Normalmente te la arañas de arrepentimiento.
Normalmente te la arañas de rabia.
Normalmente te la arañas porque no te explicas cómo es posible, que después de todo lo que has dado, de todo lo que te has ofrecido, de todo lo que has querido a una persona, de todo lo que te has volcado con algo o con alguien; al final, al final...
¡Todo ha quedado en nada!
Los surcos producidos por los arañazos son quizás bastantes más profundos, si lo que has entregado ha sido mucho amor y lo que has recibido es desprecio o incomprensión, o simplemente no has recibido, nada.
Hay personas que tienen la cara destrozada de tanto arañársela, hay hombres y mujeres que ya con el maquillaje de la compostura o los buenos modales no pueden llegar a ocultar los arañazos, y optan por colocarse una máscara de porcelana.
Las buenas personas normalmente tienen la cara muy arañada de tantas decepciones que se llevan a lo largo de su vida, de tantos sinsabores, y de tantas desilusiones.
Si me permitís un consejo...
Cuando aflore en vosotros el virus de la decepción, del desengaño, del desencanto, de la frustración, del dolor, cuando os miréis al espejo, y los notéis en vuestra cara...
¡No arañaros la cara, por Dios!
Arañad la que se refleja en el espejo, hará el mismo efecto, pero no os dejará marcados.
Bueno, sólo se os quedará marcada el alma.

Foto de mi amiga Juani Mora.



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