Este adjetivo es un cultismo que proviene del latín "opimus" (fecundo, lleno de recursos, copioso, abundante, opulento y gordo y bien nutrido cuando se refiere a personas.
Deriva de la palabra "ops-opis" (recurso, riqueza, medios, fuerza y poder) De ahí derivan también: opulento, opíparo.
Por tanto, una persona dedicada a la política con muchísimos votos es un ser opimo, porque al final, manejará fuerza y poder.
Un empresario que atesora riquezas con sus negocios, también es un opimo.
Una cosecha rica en productos y de gran cantidad de ellos, también es una cosecha opima.
Nuestro Belén viviente también es un espectáculo opimo, ya que es una representación llena de recursos.
La RAE determina el vocablo como:
- Que es rico, fértil o abundante.
Y yo, por favor, acercándome a uno de los significados del latín, me gustaría que dejáramos de llamar gordos o gordas a las personas rellenitas y los califiquemos, a partir de ahora de: OPIMOS, es mucho menos doloroso escuchar esto.
Espero y deseo que el próximo año sea opimo para todas las personas, sobre todo a los que todavía sufren la guerra.
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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