Bueno, quizĂĄs el quejarse de las felicitaciones no sea lo correcto.
Lo correcto es quejarse, como yo hago ahora, de la felicitaciones falsas o multitudinarias.
Circulan millones de felicitaciones en estas fechas, y la mayorĂa son un copia y pega de una felicitaciĂłn predeterminada realizada por otras personas, para mi, esas felicitaciones son totalmente impersonales; mĂĄs valdrĂa un simple: ¡Te deseo lo mejor! escrito personalmente por la persona que te lo envĂa.
Van y vienen millones de deseos de buena voluntad y amor, los enviamos a todos los queridos, amigos, conocidos y no tan conocidos.
En muchos de ellos, si se pudiera leer el pensamiento del que envĂa el mensaje una vez remitido, leerĂamos en su mente: ¡Ojala revientes mamĂłn! Ăł ¡Maldita sea la leche que mamaste!
Esto es muy comĂșn en las felicitaciones que se envĂan por compromiso, sin sentirlas, y mucho menos sin quererlas enviar.
Y para rematar el cuadro estĂĄn las felicitaciones que consisten en compartir un vĂdeo grabado por otros, en un estudio de grabaciĂłn, preparado para que mientras mĂĄs se comparta, mĂĄs links de mĂłviles les llegarĂĄ al susodicho emisor, y por ende, mĂĄs datos y fotos manejan, dando la posibilidad, en un caso, hasta de copiĂĄrtelos.
Los millones de vĂdeos y fotos que circulan por internet solo benefician al que las envĂa por primera vez iniciando la cadena.
Felicitaciones, claro que sĂ, pero por favor no les hagamos el juego; me entretengo un ratito y mando una personalizada, y si queremos enviar un vĂdeo, pues nos grabamos en un selfi.
De todas formas, felices fiestas.
Como dirĂa la chirigota del Love: PrĂncipe encantado, gracias igualmente. |
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