EN EL PATIO DE LA CALLE LEPANTO.

Por aquellos años estaba yo tonteando ya en la Farmacia de Rossi con la música, y también estaba ya trabajando de botones en el banco en Sevilla.

Me habían comprado una guitarra española antes de que mi abuelo Manolo me comprara, un año para Reyes, una acústica, que todavía conserva mi hijo Jesús (la foto de abajo) y que algunas veces toca.

Con esa guitarra española empecé a hacer mis primeros pinitos en el grupo musical que germinaba en la Farmacia, y a la que puse un juego de cuerdas de acero para hacerla acústica, bueno, lo que fuera. "La casa del sol naciente" fue la primera canción que aprendí, si bien el acorde FA era tan difícil, que lo sustituíamos con las mismas pulsaciones pero solo en las tres primeras cuerdas, un acorde que creo que se llama FA/LA con tres dedos.

Una tarde, en el patio de mi casa, andaba yo ya tocando canciones de los Beatles y silbando las melodías, y como cada vez que sonaban bien los acordes, el canario de mi madre trinaba, pues me dije:

-¡Qué bien lo estoy haciendo hoy!

Y así estaba yo de contento, cuando mi padre salió al patio, y me dijo:

-¡Eso es perder el tiempo hijo, si quieres aprender música, apúntate al conservatorio y aprende música de verdad!

No entendí que mi padre, que también había sido músico, no apreciara el trabajo que estaba haciendo y que no sonaba tan mal. Anoche viendo el programa EL SHOW DE BERTÍN, en el que estaba invitado Arturo Pareja Obregón, no tuve más remedio que asumirlo viéndolo tocar el piano..

¡Debería haber estudiado música, más bien, piano!

Ya más mayor hice mis pinitos en el conservatorio, pero para mi, era ya demasiado tarde, mis manos estaban más adaptadas al ordenador que al piano y tenía tan poco tiempo...

Una verdadera lástima.

Si quieres, de verdad, ser un experto en algo, o un artista en algo, lo primero que has de aprender y dominar bien en la técnica.

Foto de la guitarra acústica restaurada por mi hijo Jesús, tiene casi 50 años.