NAPAR.

Si una relación no te sale bien, sobre todo por tu culpa, la solución es que la napes.

Si en un examen no conocemos las soluciones, las respuestas, pues habrá que naparlo.

Si en un trabajo no damos la altura necesaria que nos exigen para nuestro puesto, no tendremos más remedio que, también, naparlo.

Si no haces bien tu labor de educador también tendrás que napar tus clases para que te echen cuenta.

Si no llegas, en el fútbol a esquivar a un defensa, o a defender a un delantero, pues también tienes que napar.

Y, por supuesto, si un político no tiene soluciones para los problemas, napea; si el contrincante en las urnas lo adelanta o incluso lo avasalla, napea; si no tiene respuesta para las preguntas que le hacen, porque lo que ha hecho está mal y punto, pues a napar otra vez.

Y, por último, y realmente de donde procede la palabra napar...

Si haces una comida que de sabor, o de presentación, o incluso de nutrición está más bien escasa, lo más fácil es naparla con una buena salsa, que tape todos o muchos de los defectos. He ahí el significado según la rae del verbo napar.

Vivimos en una puta vida de Master Chef, entre salsas anda el juego.

Cielo de mi ciudad napado con unas preciosas nubes.