Los gallos (la madre que los parió, la gallina) son aves territoriales y demuestran su poderío mediante el pavoneo (la madre que los parió), la hinchazón y mayor colocación de su cresta y los desafiantes cantos. Actitudes que llevarán a cabo siempre que vean dentro de su territorio (la madre que los parió), o acosando a alguna de sus hembras a otro macho rival. En un gallinero, espacio por lo general de reducidas dimensiones, cualquier gallo, nada más despertar (la madre que los parió) se ve en la obligación de demostrar a todo el corral que sigue siendo el macho dominante; y si el silencio no contesta al desafiante cántico, vendrá una pelea (la madre que los parió), fonética en primer lugar y física a continuación, con los gallos aspirantes al puesto de honor.
Por tal motivo, no es frecuente encontrar varios machos (la madre que los parió) en un mismo gallinero, a no ser que haya suficientes gallinas a repartir.
Yo que he vivido durante algunos años en el campo, confirmo lo machos que son los gallos (la madre que los parió), ahora sí, hay tiempo durante todo el día para demostrar su virilidad y lanzar los tejos a las gallinas; pero no, a las cinco de la mañana "joder"; porque la testosterona "gallerista" despierta a las cinco de la mañana (la madre que los parió).
Hay muchos hombres que siguen los designios de los gallos (la mare que los parió).
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Foto de mi amiga Toñi Domínguez. |
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