No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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28 diciembre 2018

MIRADAS DE BUENOS DÍAS.


Hace tiempo me asomé a este blog para hablar de los saludos.
Comentaba que en la calle, de mañana, era difícil que la gente joven te saludara, te diera los buenos días cuando pasaban a tu lado; comentaba que los mås mayores sí lo hacían, y era gratificante.
Pero hoy en dĂ­a, la cosa estĂĄ cambiando, los mayores, hartos de dar los buenos dĂ­as todas las mañanas y hastĂ­os de recibir “la callada” por respuesta, poco a poco, dĂ­a a dĂ­a estĂĄn mutando.
De hace un poco de tiempo a esta parte, cada vez que me cruzo con alguna persona mayor, Ă©sta me mira fijamente, desde unos metros antes del llegar al encuentro, tan detenidamente me dirige la mirada, que mĂĄs bien pareciera que estuviera pidiendo que los saludara.
Le dices:
-Buenos dĂ­as.
Y rĂĄpidamente te contesta con una sonrisa que le ilumina la cara.
La otra mañana probé en mirar y no saludar, la persona a la que le tocó el test, pasó por mi lado, me siguió mirando, y al pasar, bajó la mirada al suelo con ese rictus triste que dibujan en la cara las decepciones.
Si hemos de esperar que nos deseen los buenos días para nosotros hacérselo a los demås, mal vamos.
Si lo que te pide el corazĂłn es desear los buenos dĂ­as a las gentes que te cruzas en el camino y no lo haces porque lo mĂĄs probable es que no te contesten, pues no hagas ningĂșn favor, no creas en nadie, no colabores con nada, y asĂ­ sucesivamente…



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