Hoy estarĂamos en el tercer dĂa del camino de vuelta si este año se hubiera vivido el RocĂo como correspondĂa segĂșn las fechas pertinentes; algunas hermandades ya habrĂan llegado a sus casas, otras terminarĂan estar tarde el camino de vuelta, y a algunas todavĂa les quedarĂa un poco de trecho por recorrer.
Se hubiera acabado la romerĂa, se hubieran recogido los chismes, y el lunes mismo se hubiera iniciado el camino de regreso.
Si todo esto hubiese ocurrido, la Virgen estarĂa en la ermita, y los romeros habrĂan ido a visitarla en tropel.
Recuerdo que un sĂĄbado de RocĂo, hace ya muchos años, fui a acompañar la entrada de la hermandad de mi pueblo en su presentaciĂłn; lleguĂ© a donde estaban parados los carros a llevar un poco de ropa a un amigo, y me preguntaron:
- ¿A dĂłnde vas tan ligero?
- Pues lo primero a ver a la Virgen y a rezarLe un poco; ¿TĂș ya has ido?, le dije...
- ¿Yo? Yo no voy, si quiere la Virgen que venga a verme a mĂ.
Me quedĂ© en estado de shock, habĂa ido al RocĂo haciendo el camino, desde el jueves, era sĂĄbado a medio dĂa, y todavĂa no habĂa visto a la Virgen.
Entonces me di cuenta que el RocĂo no cura a nadie, no hace mĂĄs bueno a ninguna persona, no te hace mĂĄs generoso, ni mĂĄs comprensivo, no te perdona.
El RocĂo hace de ti lo que tĂș quieras que haga; la Virgen harĂĄ, o intentarĂĄ hacer de ti lo que tĂș le pidas, las arenas no te convertirĂĄn en buen cristiano, el agua del Quema no te limpiarĂĄ tus impurezas internas; y si no estĂĄs arrepentido el RocĂo no harĂĄ que te perdonen.
AsĂ pasa todo en la vida, o asĂ deberĂa pasar.
Foto extraĂda de la pĂĄgina: diariodesevilla.es |
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