Recuerdo que cuando trabajaba en la banca, tanto en el Banco de Sevilla, el Banco de Granada, Banco Granada Jerez y por Ășltimo, y no menormente, en la Caixa, siempre he dado crĂ©ditos.
Los crĂ©ditos se podrĂan conceder con una diversidad extensa de garantĂas, previa firma ante corredor de comercio o notario:
-GarantĂa personal.
-GarantĂa hipotecaria.
-GarantĂa dineraria.
-GarantĂa de efectos al cobro.
-O con garantĂa de avalista o avalistas.
Si no habĂa una o varias de esas garantĂas, difĂcil era que te concedieran un crĂ©dito.
Pero habĂa un crĂ©dito, que si correspondĂa a la etimologĂa de la palabra.
CrĂ©dito, proviene del latĂn,"credititus", que es ni mĂĄs ni menos que la sustantivaciĂłn del verbo "credere" (creer) VĂ©ase dar crĂ©dito a algo, creer.
Y, haciendo honor a la etimologĂa, el Ășnico crĂ©dito que se concedĂa creyendo literalmente en que te lo iban a devolver, era el descubierto en cuenta.
Dado el "mentirosismo" que nos invade Ășltimamente...
¿A quiĂ©n creeremos para darle nuestro crĂ©dito?
¡Hay que ver lo que hay que escuchar a diario! MĂĄs mentiras que el que me pidiĂł un descubierto como anticipo de la pensiĂłn, tenĂa que ir a CĂłrdoba porque su madre se habĂa muerto; una semana despuĂ©s vino la pobre mujer a rogarme que no le diera mĂĄs crĂ©ditos a su hijo.
Y todavĂa las redes sociales estaban en pañales.
Ahora nos estamos acostumbrando a no dar crédito a nada ni a nadie. Penoso.
Foto de mi querida amiga M. Isabel RodrĂguez C. |
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