A principios de la humanidad, cuando el ser humano comenzĂł a tener consciencia, o sin ella; ya distinguĂa la noche del dĂa, el dĂa de la noche.
DespuĂ©s vinieron otras formas: se utilizaban los cambios de la luna para contar los dĂas, sobre el siglo XVI antes de cristo lo egipcios inventaron el reloj solar.
En Mesopotamia construĂan templos con escalones que contaban las horas cuando se iban oscureciendo, una especie tambiĂ©n de reloj de sol.
En el 600 A.C. los persas inventaron el merkhet, para poder medir las horas nocturnas.
A partir del 500 con las llegadas de las órdenes monåsticas se instauran los relojes de misa, un reloj de pared también de sol.
En la edad media empezĂł a utilizarse el reloj de sol de bolsillo.
En el siglo XIII se empieza a utilizar el reloj de arena.
En el siglo XIV Giovanni Dondi desarrolla un reloj planetario, que especifica ademĂĄs de las horas, la situaciĂłn de los planetas. Y en la iglesia de Santa MarĂa de Sevilla se instala el primer reloj mecĂĄnico con campanas.
Alrededor de 1460 de inventĂł el muelle del reloj.
En 1524 aparece el primer reloj de bolsillo si minutero.
En el siglo XVII aparece el primer reloj de péndulo, y en el siglo XVIII, con la ilustración, vinieron nuevas maquinarias para los relojes.
En 1875 empezaron los relojes de cuerda, en 1888 Cartier fabrica los primeros relojes de bolsillo.
En 1961 aparece el primer reloj digital, y en 1969 se inventa el primer reloj digital de seis dĂgitos.
También hubo relojes de agua, cronógrafos, cronómetros, mas solo hay una sola forma certera de medir el tiempo:
Contigo y sin tĂ.
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