LA INOCENCIA.

Hoy es 28 de diciembre y lo que ello supone de diversión para los "simpáticos".

En la edad media, entre la nochebuena y la nochevieja, nació la fiesta de los locos.

Era tan escandalosa, que la iglesia católica, para calmar las excentricidades de los participantes, decretó que en esas fechas se celebrara el día de los inocentes.

No sé por qué la iglesia católica acopló la conmemoración de la matanza de los inocentes al día de los locos; y fueron los monaguillos del medievo quienes comenzaron a gastar bromas en ese día.

La costumbre se pasó después a las familias y así hasta nuestros días, últimamente no tanto, gracias a Dios.

Hoy sería el día para acordarse de los niños de Gaza e Israel, los de Ucrania, el día para recordar a Aylán, y a todos los niños que han pedido su vida en las pateras, los que mueren de hambre, sin medicinas, desamparados o abandonados sus cuerpos en la basura.

Todos estos serían, hoy en día, los inocentes; y nuestra sociedad sería lamentablemente Herodes el Grande, menuda grandeza. 

Conmemorar a los inocentes muertos, los del siglo 4 ó 5 antes de Cristo, y a los actuales, es la misión de la celebración del día 28 de diciembre, no la de hacer el gilipollas gastando bromas, que algunas, maldita sea la gracia que tienen.

¡Veréis el día que despierte la inocencia!

Foto de mi amiga Juani Mora.