Mi abueno materno, Manuel Aguilar Serrato, portador de mi segundo apellido, mĂĄs conocido como Manolo el motorista, era motorista de la guardia civil, pero no de trĂĄfico, sino era chĂłfer del capitĂĄn de la guardia civil del puesto de SanlĂșcar la Mayor, cuando todavĂa viajaba en moto con sidecar. Posteriormente fue chĂłfer del coche "topolino" para el mismo cometido.
Mi abuelo tenĂa una costumbre muy importante, que ya no se utiliza, y que hace nombre a la entrada de hoy.
La firma de una persona siempre fue, no ahora por supuesto, la escritura de tu nombre de puño y letra, o de tus iniciales.
Posteriormente se hacĂa un garabato, particular para cada uno, para hacer esa firma diferente a todas.
Ese garabato se llama rĂșbrica, podrĂĄ estar compuesto de lĂneas y puntos.
Por lo tanto, por aquellos años en los que yo era pequeño, y estaba aprendiendo, se firmaban y se rubricaban los documentos.
Hoy en dĂa esa costumbre ya estĂĄ en desuso y solo se firma, normalmente, con la rĂșbrica.
Incluso en las firmas oficiales, banco, notarĂa, etc., hoy en dĂa no se exige la firma y la rĂșbrica.
Entonces, hay que decir, que una cosa estĂĄ firmada y rubricada cuando una persona ha escrito su nombre completo, o sus iniciales, y ha hecho su personal garabato.
La firma siempre es un texto y la rĂșbrica no.
Ejemplo explicativo de lo escrito. |
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