¡Hace tantos años!, ¡Quien me lo iba a decir!
En casa de mi abuela Encarna habĂa telĂ©fono, el 113 creo, pero en mi casa no estaba todavĂa; mi vecina si que lo tenĂa; por eso, y porque en aquellos tiempos los vecinos no eran vecinos, eran familia; cada vez que mi abuela querĂa decirnos algo urgente, llamaba a la vecina para que hiciera el favor de avisar a mi madre; la vecina, el vecino o cualquiera de sus hijos o hijas se acercaba a casa para decirnos que mi abuela nos llamaba.
En aquellos tiempos, muchos de los privilegiados que tenĂan telĂ©fono en casa eran muy generosos, algunos no, pero sĂ la mayorĂa; eso conllevaba el agradecimiento eterno a esa familia y una amistad hasta el fin de los tiempos.
¡Cualquiera deja ahora su telĂ©fono mĂłvil a quien en un momento lo pueda necesitar!
¡CuĂĄnto han cambiado las cosas! Bastante tiempo antes Ăbamos a casa de otro vecino que tenĂa TV cuando nosotros no tenĂamos, o bien tenĂan TV a color y nosotros no, pedĂamos sal o nos pedĂan azĂșcar; o sus hijos comĂan en mi casa, o nosotros en la suya.
Pero volviendo al principio, una de las cosas que mĂĄs ha cambiado es el telĂ©fono, hoy en dĂa la mayorĂa de la gente tiene un mĂłvil, aunque lo estĂ©n pagando a plazos; un telĂ©fono que nos tiene enganchados durante muchas horas del dĂa, y a muchos de la noche; un telĂ©fono que actualmente es usado para todo, y eso, lamentablemente nos hace ser esclavos de ese maldito "celular"; y ademĂĄs, y mucho mĂĄs grave, estĂĄ relacionado con lo bueno que nos pueda pasar, y mucho peor, con lo malo.
Por ello me resulta muy real estĂĄ frase que leĂ el otro dĂa:
Cuando el teléfono estaba atado a un cable éramos mås libres.
¡Y anda que es mentira la cosa!
En aquellos tiempos, muchos de los privilegiados que tenĂan telĂ©fono en casa eran muy generosos, algunos no, pero sĂ la mayorĂa; eso conllevaba el agradecimiento eterno a esa familia y una amistad hasta el fin de los tiempos.
¡Cualquiera deja ahora su telĂ©fono mĂłvil a quien en un momento lo pueda necesitar!
¡CuĂĄnto han cambiado las cosas! Bastante tiempo antes Ăbamos a casa de otro vecino que tenĂa TV cuando nosotros no tenĂamos, o bien tenĂan TV a color y nosotros no, pedĂamos sal o nos pedĂan azĂșcar; o sus hijos comĂan en mi casa, o nosotros en la suya.
Pero volviendo al principio, una de las cosas que mĂĄs ha cambiado es el telĂ©fono, hoy en dĂa la mayorĂa de la gente tiene un mĂłvil, aunque lo estĂ©n pagando a plazos; un telĂ©fono que nos tiene enganchados durante muchas horas del dĂa, y a muchos de la noche; un telĂ©fono que actualmente es usado para todo, y eso, lamentablemente nos hace ser esclavos de ese maldito "celular"; y ademĂĄs, y mucho mĂĄs grave, estĂĄ relacionado con lo bueno que nos pueda pasar, y mucho peor, con lo malo.
Por ello me resulta muy real estĂĄ frase que leĂ el otro dĂa:
Cuando el teléfono estaba atado a un cable éramos mås libres.
¡Y anda que es mentira la cosa!
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